Super Mario Galaxy supuso un cambio de registro importante dentro de los videojuegos 3D del famoso personaje de Nintendo. El aprovechamiento de una jugabilidad centrada en las físicas, y más en concreto en la fuerza gravitacional, planteó una serie de retos plataformeros nunca vistos en la franquicia. Parecía único e inmejorable, pero tan solo unos años después se nos demostró que podía hacerse mucho mejor. Super Mario Galaxy 2 apareció en 2010 para darnos una auténtica lección sobre cómo se debía hacer una secuela.
El proyecto liderado por Yoshiaki Koizumi en un principio estaba planeado como una expansión, para hacer algunos cambios y añadir nuevos planetas. El tiempo de producción inicial era más corto, pero los trabajadores empezaron a proponer tantas ideas que acabó convirtiéndose en un nuevo videojuego. Como comenta Shigeru Miyamoto en una entrevista de Iwata Asks, "llegó un momento en que el 90% de los escenarios eran completamente nuevos y no llegaba a reconocer nada del anterior juego".
La expansión que se convirtió en una de las mejores secuelas jamás diseñadas por Nintendo
De esta manera, el proyecto, conocido internamente como Super Mario Galaxy 1.5, se transformó en Super Mario Galaxy 2. El concepto de desarrollo aplicado era comparable al de Zelda: Majora’s Mask, según Miyamoto. El objetivo era aprovechar el esfuerzo invertido en el primer juego y reutilizar el sistema de entornos esféricos. De ahí nació esta secuela, que profundiza en el concepto original y lo expande con aspectos que no se pudieron incluir originalmente, como el control del dinosaurio Yoshi.

El videojuego apareció en Wii hace ya 15 años, dejándonos manejar a Mario en su búsqueda de más de un centenar de estrellas recorriendo varias galaxias mientras se enfrentaba a su archienemigo Bowser. El mayor cambio fue de diseño, con una gran inventiva en la cantidad de planteamientos plataformeros. Había un montón de secciones 3D, pero también bastantes momentos 2D, además de un sinfín de mecánicas, desde controlar interruptores que invierten la fuerza de la gravedad, hasta la oportunidad de transformar a Mario en abeja, e incluso surcar los aires con la ayuda de un pájaro.
Variedad, variedad y más variedad: esa era la clave de Super Mario Galaxy 2. En un nivel podías estar patinando sobre hielo para más tarde descubrir un taladro con el que perforar el suelo y así atravesar los planetas de un punto a otro. También había una transformación que te permitía generar nubes que funcionaban a modo de plataformas, y Yoshi podía comer picante para ponerse a correr a toda velocidad por las paredes.

Había niveles de habilidad, pero también centrados en la exploración, y podías llegar a controlar a Luigi. Luego, por supuesto, había infinidad de niveles secretos, recorridos de velocidad, fases en las que todo era gigante, además de recorridos muy desafiantes que ponían a prueba tu habilidad plataformera. En definitiva, un juego de plataformas completísimo que ofrecía —y sigue ofreciendo— horas y horas de diversión, con uno de los más potentes conceptos de rejugabilidad en toda la saga.
Super Mario Galaxy 2 vendió 6 millones de copias, menos que la primera entrega, pero sin duda fue un título muy superior en todas sus facetas, el ejemplo perfecto de cómo conseguir un "más y mejor" en este tipo de producciones. Por desgracia, el título no ha sido recuperado de ninguna manera desde su estreno original. No fue incluido en la colección Super Mario 3D All-Stars, y para jugarlo ahora mismo es necesario poseer una Wii o una Wii U (en este último caso usando su retrocompatibilidad).
¿Qué sensaciones te dejó? ¿Crees que es uno de los mejores Super Mario de la historia?