Cada vez más hogares en España están diciendo adiós al tradicional aire acondicionado y apostando por una alternativa que hasta hace poco parecía cosa de películas caribeñas: los ventiladores de techo.
Lejos de ser una simple moda, esta tendencia ha experimentado un crecimiento sostenido del 50 % en ventas en los dos últimos veranos. Más económicos, silenciosos y con un impacto energético mucho menor, estos aparatos están dejando de ser un elemento decorativo para convertirse en el aliado preferido contra las olas de calor.
Eficientes energéticamente
La clave del éxito de estos ventiladores reside en su eficiencia. A diferencia de los modelos portátiles, las aspas grandes y su posición elevada permiten mover grandes volúmenes de aire de forma uniforme, lo que genera una sensación térmica más fresca sin recurrir a compresores ni refrigerantes. Aunque no enfrían el aire, sino que lo mueven, los expertos aseguran que pueden ser especialmente efectivos en viviendas bien ventiladas y durante la noche, cuando la temperatura exterior desciende. "Si tienes corrientes de aire, con ventiladores de techo puedes tirar perfectamente", afirma Juan Antonio Jordán, del Gremio de Instaladores de Barcelona.
Eso sí, para que la experiencia sea realmente óptima, es importante elegir el modelo adecuado según el tamaño de la estancia. En habitaciones de hasta 13 metros cuadrados, se recomienda un diámetro de 110 cm, mientras que en salones amplios o locales comerciales se aconseja instalar varios ventiladores con separación de unos cuatro metros entre ellos. Además, cuantos más aspas tenga el aparato, mayor será el caudal de aire que genera. También conviene fijarse en el nivel de ruido: los modelos pensados para dormitorios no deberían superar los 30-40 decibelios.
La clave está en el tipo de motor
Otro aspecto a tener en cuenta es el tipo de motor. Los ventiladores con motor de corriente continua (DC) son más caros, pero también más silenciosos, duraderos y hasta un 70 % más eficientes que los de corriente alterna (AC). Algunos modelos de gama alta incorporan temporizador, ciclos programables o incluso conectividad inteligente. En cuanto al precio, la horquilla es amplia: van desde unos 100 euros en los modelos básicos hasta los 400 en versiones premium, a lo que habría que sumar una instalación profesional estimada en unos 120 euros si no se tienen conocimientos técnicos.

En plena búsqueda de soluciones sostenibles y ante facturas eléctricas que no dejan de subir, los ventiladores de techo se posicionan como una alternativa práctica y funcional para quienes quieren pasar el verano sin arruinarse ni renunciar al confort.