En el imaginario colectivo, una operación cerebral evoca imágenes de pacientes profundamente anestesiados e inmóviles en una camilla rodeada de instrumental quirúrgico. Sin embargo, en ciertas intervenciones avanzadas como la craneotomía despierta, la realidad es muy diferente: el paciente permanece consciente mientras los neurocirujanos operan su cerebro.
Esta técnica, cada vez más habitual en hospitales especializados, permite a los médicos monitorizar en tiempo real las funciones neurológicas del paciente y minimizar el riesgo de secuelas graves, tal como describen las guías clínicas de la Society for Neuroscience in Anesthesiology and Critical Care.
Se utiliza en casos de tumores o lesiones cerebrales en zonas críticas
La craneotomía despierta se utiliza especialmente en casos donde los tumores o lesiones cerebrales se encuentran cerca de áreas críticas que controlan el lenguaje, el movimiento o las emociones. Durante la cirugía, el paciente puede realizar tareas específicas —como resolver rompecabezas o tocar instrumentos musicales— que permiten a los cirujanos mapear las funciones cerebrales y asegurarse de que no dañan tejidos esenciales. Un caso emblemático ocurrió en 2018, cuando un paciente fue capaz de tocar la guitarra mientras se le extirpaba un astrocitoma de Grado 2, demostrando la extraordinaria precisión que esta técnica puede ofrecer.
Desde el punto de vista técnico, la operación implica un cuidadoso equilibrio anestésico. Según la revisión publicada en Anesthesia & Analgesia, los pacientes son inicialmente sedados para realizar la apertura del cráneo, pero posteriormente se despiertan durante la fase crítica de la intervención. Gracias a anestésicos de acción ultracorta y técnicas de monitorización intraoperatoria, los médicos logran mantener al paciente consciente, cooperativo y sin dolor, mientras manipulan regiones cerebrales sumamente delicadas.
Los resultados clínicos avalan el uso de esta técnica. Estudios recientes, como el llevado a cabo por Duffau et al. (2023) en Neurosurgery, demuestran que la craneotomía despierta aumenta significativamente las tasas de resección completa de tumores en áreas elocuentes del cerebro, sin incrementar los índices de déficits neurológicos permanentes. Además, se ha observado que los pacientes sometidos a esta técnica presentan mejores recuperaciones funcionales y calidad de vida postoperatoria en comparación con aquellos operados bajo anestesia general profunda.
